Hola! Que bueno que pases por aca :)
Este es un breve resumen de lo que fue nuestro 2022, año sin dudas demandante y maravilloso. Comenzamos el año volviendo a la presencialidad plena, reviviendo espacios que por un tiempo quedaron deshabitados y silenciosos. Esto nos hizo reaprender muchas cosas, como por ejemplo calcular el tiempo para llegar al aula a la hora indicada o ir más temprano a FADU para imprimir nuestros diseños. Gracias a esto, pudimos encontrarnos cara a cara, conocernos en las aulas, crecer tanto estudiantes como docentes y lograr un cierre de año lleno de aprendizajes, y proyectos interesantes.
¿Cómo lo hicimos?
Primero tuvimos que entendernos a nosotros mismos. Para esto hicimos algunas actividades lúdicas para conocer nuestras personalidad, gustos, y perfiles en relación al diseño. Así logramos visualizar la diversidad del equipo y que todos venimos a fadu portando ciertas características, intereses, habilidades y que todas ellas convergirian en los proyectos del año.
Luego, transitamos el módulo inicial, en el que vimos cuatro ejes clave en todo proyecto de diseño: historicidad, color, forma, materiales y texturas. Todos ellos sentaron las bases que luego aplicaríamos en nuestros tps del año.
¡Manos a la obra! Se vinieron los exploratorios.
Fueron 2 trabajos prácticos en los cuales cada uno de ellos abordaba una temática en específico. El primero estuvo dividido en dos etapas: accesibilidad y universalidad. La accesibilidad es una característica básica del entorno construido, es aquello que posibilita que cualquier persona pueda vivir su vida plena. Es así, que conociendo un usuario con algún tipo de discapacidad, rediseñamos un objeto que pudiera facilitarle su acceso a alguna tarea o actividad y luego adaptar ese objeto para que fuera universal.
El segundo TP abordó la cultura. Aprendimos cuatro herramientas de investigación que aplicamos luego conociendo la cultura gastronómica en el Barrio Chino. La consigna era: mejorar la experiencia gastronómica de alguna comida oriental. Y para eso tuvimos que entender la experiencia actual para encontrar oportunidades de mejora y proponer soluciones.
Realizamos el TPH que desde hacía dos años, por la pandemia, no se realizaba. Volvimos a compartir procesos de diseño en grupos de estudiantes de todos los niveles, atacamos la problemática de cocinar al aire libre, y compartimos un sábado en el río probando nuestros prototipos y compartiendo un almuerzo al sol.
En último TP, convergiendo todos los saberes aprendidos durante el año, consistió en diseñar un punto curioso en el espacio público, que habilite la interacción con el conocimiento científico, de manera que la persona usuaria aprendiera experimentando. Para eso, nos aventuramos en conocer experimentos científicos con los cuales se pudiera interactuar de manera física y conocer un espacio público en profundidad para adaptar nuestro diseño al contexto y a los usuarios que lo habitan diariamente.
Más allá de todos estos aprendizajes que se tangibilizaron en las entregas durante el año, tuvimos muchos aprendizajes intangibles. Aprendimos a empatizar con usuarios, investigar, a exponer nuestras ideas, a dar y recibir feedback, a hacer propuestas y alternativas, cumplir con los tiempos de entrega y mucho más.
¡Un gran año para diseño 1, vamos por más!
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